Poesías, relatos, cine, música... Un remanso en medio de este apocalipsis (grupo EFDLT)

Placer mutuo

Placer mutuo
Moda poética (ediciones limitadas)

jueves, 28 de febrero de 2008

El día de Andalucía

Andalucía es una forma en concreto de entender la vida, ni mejor ni peor que otras. De intentar vivir un poco de lo que realmente somos, cada día.
Una manera de buscar el arte y la belleza que pueda albergar cada sensación vagabunda que nos rodea, en cualquier momento y bajo cualquier excusa.
El mayor placer del hombre es compartir alegrías con lo demás, y desterrar tristezas entre todos.
Por desgracia cada vez está más occidentalmente globalizada, pero aún nos quedan cosas como estas:



lunes, 25 de febrero de 2008

La sonrisa prometida



Prometo que haré lo inconcebible;
sin pudor iré de la caricia al asalto,
de irónico pasaré sin escalas a
mentecato, para provocar cada día
que me padezcas, en ti, una sonrisa plena;
felación perpetua a la vida que acompleje
a la muerte sin piedad, hasta agonizar
entre sus amnésicos abrazos.

Viajaré de payaso por pintorescos
recuerdos; bufón aventajado de
tus nostálgicas alegrías.
Mi lengua alborotará hasta el
último recato que tu piel auspicie
en sus reductos vírgenes.
Improvisaré holocaustos de palabras
irreverentes en esos días sin
expectativas.
colmaré de guiños y de muecas
las horas que nacieron muertas
ante tu mirada absorta.

Y así, hasta el fin de los tiempos,
que puede ser ahora si no sonríes
al acabar de leer estos versos
esclavos de tu deleite.

jueves, 21 de febrero de 2008

Los Esenios y Jesucristo



No soy precisamente un erudito en temas religiosos, de hecho, para no estresar la armonía de mi piara de neuronas, no me permito el lujo de profundizar en nada que pueda plantearme en un futuro una pregunta existencial. Aún así, a veces, no puedo evitar saciar cierta curiosidad sobre las paranoias del hombre a lo largo de su existencia, convertidas en sobrecogedoras historias gracias a la erosión del tiempo, las interpretaciones partidistas y la exageración.
Esto es lo que más me sorprendió, intentando adivinar algo sobre los esenios, secta judía, para algunos, guías espirituales de Jesucristo.
Las sectas judías activas mayoritarias en aquellos tiempos eran: los Esenios, los Saduceos, los Fariseos, y los Zelotes.
Los Esenios se autodenominaban con varios nombres; cada uno para definir sus diferentes misiones, a veces como "Los Electos" o "Los Justos Escogidos" refiriéndose a la Elección de Israel en el Monte Sinaí.
Llevaban un modo de vida virtuoso, en una comunidad que para muchos sería la semilla del cristianismo. Se dedicaban a las tareas agrícolas, a la oración, y al estricto cumplimiento de la ley de Moisés.
Esperando al Mesías se adentraron en el desierto para seguir "puros" al menos ritualmente puros, y continuar así fieles al Pacto.
Lo que la actual Biblia no nos enseña con respecto a la vida de Jesús, es el por qué literalmente desaparece desde los diez hasta los treinta años.
Según los Esenios, en este período de tiempo Jhasua ascendía a sus santuarios, hecho que repitió constantemente, ya que los sabios debían guiar su espíritu en los primeros años de vida.
Con el paso del tiempo, Jhasua, debe aprender a utilizar el increíble potencial espiritual que posee, dedicándose a estudiar las escrituras custodiadas celosamente por los Esenios, de miles de años de antigüedad. Fue cuando descubre sus anteriores encarnaciones, también su misión entre los hombres en un futuro próximo, y por supuesto, sabía perfectamente cual sería su trágico final.
Según el manual de disciplina de los Esenios, hallado en las cuevas del mar muerto:
"El origen de la Verdad está en el Lago de la Luz y el de perversidad se encuentra en la Fuente de Oscuridad, todo aquel que practica Justicia está bajo el dominio del Príncipe de Luz y camina por el camino de luz; todo aquel que practica perversidad está bajo dominio del Ángel de Tinieblas y camina en el camino oscuro"
Los Esenios ocultaron en un monasterio budista del Tíbet el Evangelio de los Doce Santos, uno de los documentos cristianos más antiguos que existen.

Yo me quedo con este dicho de origen Hebreo:
"Más vale salvar el alma que conquistar el Mundo"

Fuente principal: El olivo

lunes, 18 de febrero de 2008

De mi viaje a Italia. Roma (I)



Después de dejar el equipaje en el hotel, y teniendo en cuenta que sólo estaríamos tres días en la eternidad de esta maravillosa ciudad, decidimos ver Roma bajo las estrellas. Fue la noche más fría de toda la semana en Italia, pero díganme ustedes, mientras contemplan la Fontana de Trevi en la penumbra de su belleza, ¿no creen que valió la pena?
Uno de nuestros compañeros de viaje, también de Sevilla, cogería un enfriamiento agudo que no lo abandonaría en todo el viaje. Repartiendo a diestro y siniestro una sarta de estornudos cuando menos lo esperabas, fue como el hilo musical en nuestro deambular transalpino. Aún lo recordamos a veces con el sobrenombre de “coca coul”, apelativo ganado a pulso cuando una noche, cenando en un restaurante, él quiso hacer gala de su don para los idiomas y el mestizaje, y le pidió a la camarera que le trajese “por favore, una coca coul”, a cambio de aquel vino peleón de la Toscana. Por supuesto ha sido, que yo recuerde ahora mismo, una de las cenas donde más me he reído en mi vida, de hecho, hasta que no le pidió el refresco en español, como lo hicieron miles de turistas antes que él, la camarera no lo entendió.
No, no conozco de nada a la joven de blanco, parece que sonríe mientras el novio, tiritando, difícilmente logra encuadrarla con la cámara. Seguramente acabaría consiguiéndolo, y tres años más tarde, con una temperatura parecida, y un escenario idéntico en lo majestuoso y barroco, ella al fin no estará allí. Cómo me gustaría volver y saldar de una vez la deuda histórica de no haberme fotografiado, por verdadera masificación del escenario, tirando una moneda a la fuente, acompañando el gesto con un deseo…

jueves, 14 de febrero de 2008

Llanto por Federico García Lorca

No se trata de hablar de la vida de Federico, intentaré no menoscabar su significado bajo una recopilación de fríos datos sobre su obra.
Simplemente lamentar una vez más, todas las palabras que le robaron a la eternidad de nuestras emociones, de nuestra sutileza, de nuestro gozo ante la belleza. Dejaron huérfana nuestra intimidad justo cuando florecía, cuando el arte se respiraba y la noche nos mecía en romances y melodías.
Cuando la ignorancia se alía con el poder, el odio y la estupidez triunfan.


Federico era el verde de las hojas,
fue requiebro, era quejío,
amapola desangrada en medio
de la guerra, romance de las olas,
llanto de arena, susurro de la alhambra,
aire fresco entre barracas y llantos,
alegría fusilada por una idea yerma …



lunes, 11 de febrero de 2008

La amistad errante (I)



Todos se sorprendieron al coincidir puntualmente a la hora acordada, algunos no pudieron contener la emoción y bajaron de sus coches – nada que ver con esos viejos vespinos rojos en los que llegaban antiguamente cargando con los pies de micros, cables, bebidas, y altavoces como si fuesen los zurrones de un borrico- para saludar a los demás, mientras el anfitrión abría la cancela del modesto chalet.
Se trataba de un intento casi desesperado por rememorar aquellos tiempos donde la reuniones entre amigos eran de todo menos escasas, y en ese lugar en concreto siempre fueron de algún modo mágicas; aunque la música y el alcohol nunca fueron el motivo, la verdad es que llegaron a ser los elementos que más veces asistieron a tales eventos, e impregnaban de una dulce sensación una orgía de sonrisas, miradas cómplices, compenetrados guiños, y constantes saludos entre camaradas que creyeron estar unidos para siempre, con la ilusión de pensar que al menos en eso, si serían realmente especiales.
Fueron entrando en la casa con un murmullo repetitivo de saludos, risas pueriles y besos casi al viento, como si fuesen unos desconocidos. Todos de pie en el mítico salón esperaban que alguien con autoridad moral suficiente declarase abierta la veda a ese extinto libre albedrío tan añorado, ese que siempre había reinado al cobijo de esas viejas paredes.
Bueno, ¿a qué esperáis? Dijo Vicente viendo que nadie se atrevía ni tan siquiera a sentarse…

jueves, 7 de febrero de 2008

El profeta pagano



Como un suicida predico dejándome
caer desde tu garganta hasta el frío
infierno donde acaban tus pies,
intentando evangelizar con historias
de placeres paradisíacos a todos tus
miembros paganos.
Voy reclutando fieles dando ejemplo,
uno a uno, siervos desertores de tu
gélido silencio, pilares sobre los que
fundaré mi iglesia en tu agnóstica cintura,
que abrumada ante tales milagros apenas
susurrados, pronto acogerá mi reino.


Esta es la plegaria idónea para que
emprendas una nueva era, una nueva
fe que redima para siempre esas dudas
que pudren en el limbo toda la alegría
de creernos eternos cuando el amor se nos
transforma en fuego; llamas celestiales
que caen ardiendo sobre las yemas de
tus dedos cuando deforman mi espalda,
como empujando mi sangre hacia tus adentros.

lunes, 4 de febrero de 2008

Un cortijo andaluz: Gumersindo el porquero (IV)

… De repente salen de un antiguo salero reconvertido en oficina de control para la campaña de espárrago, y finalmente abandonado al ostracismo, como la propia campaña, una gallina perseguida por trece perdigones en fila india y a paso ligero, últimamente la oficina se utilizaba de incubadora para todo tipo de pájaros, perros conejos y demás fauna cortijera potencialmente comestible, útil o digna de disfrute.
Aún recuerdo la sal petrificada del año anterior haciendo del cuarto una pieza maciza, que había que desmoronar a base de pico y maldiciones escupidas cada vez un fragmento salino te sorprendía con los ojos o la boca abierta. Con anchas palas se llenaban las espuertas que más tarde se subían mediante una soga y una polea a un pilón elevado, que contenía un mecanismo de batida a base de palas para preparar la salmuera en su justa concentración, después, con la ayuda de la gravedad acabaría como líquido amniótico albergando a las olivas dentro de un bidón.
El trío del cortijo tenía ante sus ojos lo que podría ser la prueba definitiva que determinase la condición o no, del perro del porquero como arma de destrucción masiva.
Todos pensaron lo mismo, al unísono, pero nadie agregó una sola palabra a esa asombrosa reflexión colectiva, excepto Gumersindo que acabó la expectación preguntándose ¿a ver, a ver?...

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