Poesías, relatos, cine, música... Un remanso en medio de este apocalipsis (grupo EFDLT)

Placer mutuo

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Moda poética (ediciones limitadas)

jueves, 14 de noviembre de 2013

El jardinero de María (IV). La expectativa


¿pensará unos segundos en mí? Seguramente habrá llegado ya a una conclusión, puedo imaginarla entrando en el cuarto de baño y diciéndole al espejo: “Después de todo, el salido del jardinero no parece un mal chico, tiene cierto mérito la forma en que ha salido airoso del trance, no me importaría conversar un rato con él en otras circunstancias, podría ser interesante”.
Me convencí de que debía existir un poderoso e insondable motivo por el cual un desafortunado incidente me había convertido en uno de los seres más afortunados de este tiempo.
Esa tarde llegué a casa pensando que en una semana tendría tiempo suficiente para planear mi próximo encuentro con María. Fuese cual fuese la impresión que le hubiese causado ese día, durante la jornada del martes siguiente tendría que mostrar lo mejor de mí. No sé qué aficiones tiene o qué le interesa pero estoy seguro de que es una apasionada del arte, esa forma serena y contemplativa que tiene de observar a solas es una táctica conquistada de perseguir toda belleza que clama inadvertida. Además está Calaf, un Golden Retriever con nombre de príncipe al que ella adora. Si hay algo en lo que podemos coincidir infinitamente es en Puccini y, sobre todo, en los bichos, mis bichos —siempre he soñado con ser el eslabón perdido que sintonizase con ellos, y poder garantizar su protección en este mundo agónico que sodomizamos, por eso tengo claro que moriré por un exceso de confianza, a manos del instinto o la testosterona—. Sin embargo, quién sabe dónde está la clave que confirma a la persona que deseamos  sin mesura como la idónea en el transcurso de los actos y de los días, que es ella la idea, el cuadro, el espejo donde vernos madurar agradecidos, en vez de languidecer. Realmente, ¿el que busca algo tan especial sabe qué lo define, o qué ha de coincidir?
Siendo optimista diré que no he conocido a muchas parejas que irradien ese grado de comunión, de simbiosis no adulterada por intereses o cobardía.
Pero la mayor virtud del amor es impedirnos que la realidad empañe la ilusión que nuestra necesidad de ser feliz esparce como una droga espiritual por cada sentido...

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