Cuadros invisibles. de "El libro de Cuentopoemas"

Hoy es el segundo día consecutivo que los reconozco. Eso significa que, si mañana volviera a ocurrir, los vería para siempre y sin esfuerzo. No sé aún qué hacen exactamente ahí, qué escena protagonizan ni en qué ambiente se desarrolla. Simplemente están, existen solo cuando los observo, nadie los ha visto antes ni los verá jamás. Nadie tiene el mismo grado de locura e imaginación que otro, es la huella de identidad que más nos diferencia y más concretamente nos define.

Uno de ellos parece un muchacho de unos catorce años con una ropa arlequinada, apoyado con el brazo izquierdo en una maqueta de la Torre Eiffel, mientras que con la otra mano parece estar tocando la lente de un gigantesco telescopio que se extiende por la mitad del cuadro, aún estoy intentando recomponer una ventana por la que asome al cielo…

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